lunes, 24 de septiembre de 2007

Stiglitz | Capítulo 1

Enviado por Ana Iris Odello.
  1. La globalización ha provocado grandes conflictos globales como consecuencia de sus limitaciones y de la errónea forma en que ha sido gestionada. Stiglitz no es un oponente a la globalización, su enfoque se ocupa de recuperar la idea de que la integración se transforma en beneficios; esta a favor sobre la confianza en la economía capitalista, plantea que se impone un cambio de mentalidad si queremos que cambie el modo en que se gestiona la globalización Subraya que en la última década se han destacado cambios de actitud hacia la globalización, el debate ya no es “anti” o “pro” globalización.
  2. La globalización ha generado varias inquietudes a causa de las reglas de juego injustas, de la relevancia de los valores materiales, de la perdida de valor de la democracia y del Estado-Nación, de las desigualdades mundiales y de sistemas económicos ineficaces. Políticas impuestas por países desarrollados han buscado la eficiencia y grandes beneficios para si mismos subestimando cuestiones como la equidad, por lo que ha desencadenado en trascendentes problemas globales como la pobreza, inestabilidad de los mercados globales, desempleo, peligros sobre la sostenibilidad medioambiental, entre otros. Estas ineficaces políticas impuestas por instituciones mundiales, lideradas por países desarrollados, pusieron en evidencia la falta de legitimidad de las mismas y la necesidad de crear instituciones globales democráticas.
  3. La globalización no solo implica desequilibrios entre las naciones sino también dentro de ellas; no ha ayudado a la mayoría de la población, ni siquiera en los países desarrollados. Según destaca Stiglitz “la globalización puede crear países ricos con población pobre”. El descontento tanto de los países desarrollados, como en vías de desarrollo fue plasmado en diferentes foros, los cuales coincidieron en que era necesario un cambio, igualmente expresado por Stiglitz en la frase “otro mundo es posible”.
  4. Se incurre en un error al considerar el modelo norteamericano como sinónimo de globalización. Muchos señalan que la globalización se ha usado para priorizar el modelo liberal angloamericano frente a otras alternativas. No se puede vender un modelo como ideal, ya que cada modelo depende de características particulares, no existe un solo conjunto de políticas capaces de que todo el mundo mejore. A medida que la globalización se gestiona, se ha demostrado que no existe una sola forma de capitalismo, por el contrario existe una gran diversidad de modalidades de economías de mercado (el modelo estadounidense es diferente del modelo de los países nórdicos, del modelo japonés y del modelo social europeo). El éxito de las mismas depende de un equilibrio justo entre el mercado y el Estado, y en la capacidad de este último en buscar el punto de equilibrio entre la eficiencia y la equidad.

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